Los bibliófilos han enloquecido. Corre la voz de que existe un ejemplar, un único ejemplar de una rara y casi desconocida obra que, además, está dedicada a Hitler y es ferozmente antisemita. Y un bibliófilo enloquecido por una pieza única es un sujeto muy peligroso. Eso lo sabe bien Bern Rhodenbarr, el más hábil y el más honrado de los ladrones, que acaba teniendo el libro en su poder y se encuentra rodeado por una manada de hombres ávidos por conseguir el preciado volumen. Tan ávidos que, por supuesto, no repararán en medios para obtenerlo
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